Maria Suárez y Valerie Miller
Desde el inicio de las Escuelas Mar de Cambio de Jass, las "Petateras" han buscado mejorar y profundizar sus procesos y estrategias dirigidas a renovar y fortalecer sus movimientos y liderazgos. Como parte de esa búsqueda, han insistido en que un fundamento relevante para trascender las experiencias de educación popular que dejaron por fuera el genero, consistía en la integración entre la educación popular y la epistemología feminista.[1].
Un proyecto como el de las Escuelas, que busca contribuir a la reactivación del movimiento de mujeres para la transformación social necesariamente tiene que abordar este enfoque tan marginado hasta ahora de la educación popular freiriana[2] que hizo aportes tan significativos en términos de la desigualdad de clase, racial, Norte Sur, etc. pero rara vez abordó el genero.[3]
Lo importante de esta reconceptualización e integración es que puede contribuir a fortalecer estrategias educativas transformadoras dirigidas a profundizar y ampliar tanto los movimientos feministas como otros que buscan la justicia. A la vez, estas estrategias integrales puedan contribuir a la creación de nuevos tejidos sociales que reflejan la igualdad, solidaridad y la justicia ambiental.
Muchas mujeres nos han preguntado de qué estamos hablando cuando hacemos esa relación entre epistemología feminista y educación popular. A pesar de que ya en el panel sobre Educación Popular organizado por JASS en el marco del Foro Social de Estados Unidos el pasado mes de junio en Atlanta, Georgia, ya habíamos planteado esta conexión,[4] todavía no habíamos escrito y profundizado sobre el tema. Esta tercera edición de La Petatera ya lo hace ineludible. Es así como queremos abir una conversacion y debate sobre este tema para que podamos profundizarlo a raíz de discusiones entre nosotras y otras colegas.
Vemos que la educación popular fundamentada en la conscientización y su correspondiente metodología de acción transformadora (Paolo Freire) ha tenido como sustento principal -- "la realidad" tal como es percibida por la gente--, usualmente relacionada con asuntos de clase expresada en la brecha entre ricos y pobres, abordando ello desde las estructuras y la conciencia para identificar accionar transformador de esas realidades. Así, el punto de partida fue siempre la manera como la gente entendía y vivía su problemática de clase, lo cual llevaba a la reflexión, aprendizaje y acción, que volvía al referente para enriquecerlo y así, un circulo virtuoso que profundizaba lo ya sabido desde el saber colectivo y la acción transformadora.
Sin embargo este tipo de educación contenía una cierta ceguera y hasta la ampliaba, precisamente porque ignoraba que había otras formas de opresión que interactuaban con las de clase. La etnia, la edad, las discapacidades, las nacionalidades, etc. Y entre las ignoradas de las ignoradas se encontró siempre lo que tiene que ver con el genero, categoría que no solo es invisibilizada, sino asumida como condición natural (de los hombres de dominar y de las mujeres de subordinarse). Este último elemento es el más grave en el marco epistemológico y metodológico que busca la acción trasformadora, ya que lo que se acepta como "natural" no está sujeto a la posibilidad de cambio, por lo cual queda por fuera de las acciones transformadoras.
De esta manera, las formas de dominación basadas en estructuras patriarcales y relaciones desiguales permanecían tan enquistadas y se mantenían fuera del rango de los análisis y de la conscientización.
El análisis y la epistemología feminista ha vendo a colocar en la agenda de la educación popular esta forma de opresión de genero que ha llevado a ver y construir una mentalidad dicotómica, dividiendo le mundo en mitades opuestas que no son precisamente de clase aunque las atraviese también.
Las mujeres, desde los análisis las feministas, comenzaron entonces a cuestionar esos patrones de discriminación, subordinación y exclusión mediante proceso de concientización que partían de los sentidos malestares que no necesariamente encontraban explicación en lo conciente.
Otra forma que han usado las mujeres para llegar a lo no conciente y lo invisibilizado ha sido la resonancia, es decir la forma en que "las igualmente" discriminadas por ser mujeres, se ven en el espejo de la otra, para reconocer que lo que les pasa no es tan particular a cada una, sino que se refiere a la condición de mujer.
Además, empiezan a darle nombre. "Nombrar" el mundo desde su experiencia, empieza a cobrar forma de categorías de análisis del genero femenino y reta un ejercicio de poder fundamental que en el patriarcado es patrimonio exclusivo de los hombres. Esto hace que sean ellos los que definen que se visibiliza y valora y que queda fuera del foco del valor y la visibilidad, precisamente las experiencias y aportes de las mujeres.
Otro de los significativos aportes del feminismo a la educación popular y las luchas sociales ha sido el de colocare en la agenda política dimensiones que hasta hace poco se relegaban a un supuesto ámbito de lo "privado", separando lo publico y privado en dicotomías opuestas. La violencia de género, por ejemplo, ha sido uno de los temas en los que el episteme feminista "lo persona les político"[1] ha pasado a colocar esa formad e violencia como un asunto de agenda política que hoy día no puede ser ignorada por los programas de educación popular ni las dinámicas mismas de los procesos de concientización y educación.
Otro planteamiento de las feministas consiste en que ellas comienzan a apelar al "efecto mariposa" como instrumento político en manos de las mujeres, al hacer las conexiones entre lo que les pasa a ellas y como está construido el mundo visto desde otros lentes. Ello ha contribuido a construir movimientos transformadores de las mujeres para incluir la categoría feminista de género en las dinámicas transformadoras de todas las formas de opresión.
Llevar esto al terreno e la educación popular pasa por construir procesos de construcción del sujeto político desde una integración de las categorías feministas como las que ya se expresan en varias de las experiencias compartidas por las Petateras y sus organizaciones. Esto incluye los Observatorios de la Trasgresión Feminista: donde el enfoque ha sido acompañar, valorar y aprender colectivamente de la experiencia de las mujeres asumiendo sus agendas y participación política con autonomía en las pasadas elecciones en Nicaragua, o el impacto de las políticas neoliberales a nivel local en las vidas de las mujeres en Oaxaca y el accionar de ellas para contrarrestarlo y retarlo, y le impacto de los Tratados de Libre Comercio en Costa Rica como expresión de esas políticas en un país con un modelo democrático, de bienestar social y ecológico el accionar de las mujeres para ejercer in liderazgo incluyente.
Con estas ideas abrimos un dialogo sobre el tema con la expectativa de que ustedes contribuyan con sus propias ideas y comentarios al respecto para así ir profundizado estas nuestro aporte a la educación popular desde nosotras.
[1] Se ocupa de las definiciones del saber y el conocimiento que tiene el feminismo.
[2] Paolo Freire, gestor de la pedagogía del oprimido.
[3] Género es una construcción histórico-social del patriarcado que dicotomías el mundo en mitades desiguales hombe/mujer, organizando y modelando las condiciones de vida de mujeres y hombres alrededor del poder de ellos y la subordinación de las mujeres.
[4] Ponencia de Maria Suárez Toro en el Taller de Educación Popular organizado por varias instituciones de educación popular de Estados Unidos y América Latina
[1] «Lo personal es político» del feminismo de los años 60-70 fue introducido por Betty Friedan, autora de La mística de la feminidad , que obtuvo el premio Pulitzer en 1964. Ella llamó a las mujeres para que se libraran de esa «mística femenina» que las obligaba a ser "humildes", "invisibles", "silenciosas" y "tímidas" y se empoderaran contra la discriminación de género.
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